lunes, 7 de noviembre de 2011

Las chicas salidas de la nada

Las chicas salidas de la nada venían
y se sentaban en mis sillones y
bebían y fumaban conmigo
y se metían en mi cama
como irreales
niñas de juguete

pero
a veces
eran
minúsculos pedacitos de
magia maravillosa

aunque la mayor parte
del tiempo
eran
ajenas
a todo

el cielo
la tierra
el mar
la voz
la risa
o
la suerte.

sencillamente
ocurrían.

tenían cierta
valentía
pero no mucha
ternura.

siempre me sentía
mejor
cuando se iban
y nunca tenía
claro
por qué
regresaban

siempre con
alguna historia acerca de que
abusaban de ellas,
lo que probablemente
era
cierto.

pero
a veces
resultaban fastidiosas
durante las largas
noches
con sus
maldiciones y su
charla
amargada
y confusa
y tanto pelo
caído sobre
aquellas caras.

las chicas salidas de la
nada
tenían mucho
que decir.

a veces
me despertaba
(y me despertaban)
bastante
interés

lo explicaban
todo
con
verborrea

lanzando patadas
con sus
largas piernas
con tacón
de aguja

sin embargo,
siempre traían
problemas
de una manera u
otra

sobre todo si
empezaban a
importarme
más de la cuenta.

entonces
sabían
qué hacer

y
lo
hacían.

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