LLevé a mi amiga a tu último recital de poesía,
me dijo ella.
¿ y que? ¿ y qué ? , le pregunté
es joven y hermosa, me dijo ella.
¿y bien? le pregunté
no soporta tu
osadía.
después se estiró en el sofá
y se quitó
las botas.
no tengo unas piernas muy bonitas,
dijo.
bueno, pensé, yo no hago una poesía
muy bonita y ella
no tiene unas piernas muy bonitas.
! dos revueltos !
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