lunes, 13 de septiembre de 2010

CHARLES BUKOWSKI "NOVELA MUJERES" - CAPITULO 33

Pasados un par de días, hacia la una de la tarde oí una llamada en mi puerta. Era un
pintor, Monty Riff, o algo así me dijo. También me contó que yo solía emborracharme

junto a él cuando tenía mi casa en la avenida De Longpre.
—No me acuerdo de ti —le dije.
—Dee Dee me llevaba a menudo.
—¿Ah sí? Bueno, entra. —Monty traía con él un paquete de 6 cervezas y una mujer

muy alta.
—Esta es Joanna Dover —me presentó.
—Me perdí tu recital en Houston —me dijo.
—Laura Stanley me habló ampliamente de ti —le dije yo.
—¿La conoces?
—Sí, pero la he rebautizado como Katherine, en voto a Katherine Hepburn.
—¿Laco no ces de verdad?

—En buena medida.
-—¿Cómo en qué medida?
—Dentro de un día o dos va a venir en avión a visitarme.
—¿En serio?
—Sí.

Acabamos las cervezas y yo salí a por más. Cuando regresé Monty se había ido. Joanna me explicó que había acudido a una cita. Empezamos los dos a hablar de pintura y yo saqué algunas cosas mías. Les echó un vistazo y decidió comprarme dos.

—¿Cuánto? —me preguntó.
—Bueno, 40 dólares por el pequeño y 60 por el grande.
Joanna me firmó un talón por 100 dólares, luego me dijo:

—Quiero que vivas conmigo.
—¿Qué? Es demasiado repentino.
—Saldría bien. Tengo dinero. No me preguntes cuánto. He estado pensando en

unas cuantas razones por las que deberíamos vivir juntos. ¿Quieres oírlas?
—No.
—Por ejemplo una: si viviéramos juntos, te llevaría a París.
—Aborrezco los viajes.
—Te enseñaría un París que te gustaría de veras.
—Déjame pensarlo.
Me aproximé y le di un beso. Luego la besé de nuevo, esta vez por más tiempo.
—Mierda —dije—, vámonos a la cama.
—Muy bien —replicó Joanna Dover.

Nos desvestimos y nos acostamos. Medía casi uno noventa. Yo siempre había estado con mujeres pequeñas. Era extraño... por todas partes me salían más y más mujeres. Nos calentamos. Le di tres o cuatro minutos de sexo oral, luego la monté. Era buena, era realmente buena. Después nos aseamos, nos vestimos y me llevó a cenar a Malibú. Me dijo que vivía en Galveston, Texas. Me dio su número de teléfono y dirección y me invitó a que fuera a visitarla. Le dije que lo haría. Me dijo que hablaba en serio respecto a lo de París y lo demás. Había sido un buen polvo y la cena fue también excelente.

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