sábado, 27 de noviembre de 2010

CHARLES BUKOWSKI "NOVELA MUJERES" - CAPITULO 79

Bobby y Valerie vinieron y yo los presenté.

—Valerie y yo vamos a coger unas vacaciones y alquilar unas habitaciones junto al mar en Manhattan Beach —dijo Bobby—. ¿Por qué no os venís vosotros? Podemos partirnos el alquiler. Hay dos dormitorios.
—No, Bobby, creo que no.
—¡Oh, Hank, por favor! —dijo Cecilia—. ¡Adoro el mar! Hank, si vamos allí,
hasta beberé contigo. ¡Lo prometo!
—De acuerdo, Cecilia.
—Fantástico —dijo Bobby—, nos vamos esta tarde. Os recogeremos hacia las seis.
Cenaremos juntos.
—Eso suena bien —dijo Cecilia.

—Es divertido comer con Hank —dijo Valerie—. La última vez que salimos con él fuimos a este sitio de lujo y nada más entrar le dijo al maître: «¡Quiero una ensalada de col y patatas fritas para mis amigos aquí al momento! Doble de cada. ¡Y no le eche agua a las bebidas o me quedo con su chaquetilla y corbata!»
—¡No puedoe sp e ra r! —dijo Cecilia.

Cecilia quiso dar un paseo alrededor de las dos. Atravesamos el patio. Vio las caléndulas. Se dirigió a una mata y metió la cara entre las flores, acariciándolas con los dedos.
—¡Oh, son tanb on ita s!
—Se estánmu riend o , Cecilia. ¿No ves lo mustias que están? La contaminación las
está matando.
Caminamos bajo las palmeras.
—¡Hay pájaros por todas partes! ¡Centenares de pájaros, Hank!
—Y docenas de gatos.

Fuimos hasta Manhattan Beach con Bobby y Valerie, nos instalamos en nuestro apartamento frente al mar y salimos a cenar. La cena estuvo bien. Cecilia se tomó una copa durante la cena y explicó su vegetarianismo. Tomó sopa, ensalada y yogurt; los demás tomamos filetes, patatas fritas, pan francés y ensalada. Bobby y Valerie robaron los frascos de la sal y la pimienta, dos cuchillos para carne y la propina que yo le había dejado al camarero.

Hicimos una parada para comprar licor, hielo y cigarrillos, luego regresamos al apartamento. Su única copa había puesto a Cecilia soltando risas y hablando sin parar. Ahora estaba explicándonos que los animales también tenían alma. Nadie se lo discutió. Era posible, lo sabíamos. De lo que no estábamos seguros era de si la teníamos nosotros.

ENLACE " CAPITULO 80 "

No hay comentarios: